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Los
catalanes marcaron una semana completa de amenazas, violencias, la fuga de
capitales y las manifestaciones -de uno y del otro lado-, finalmente llegó el el
gran día que prometía ser un grandioso para los separatistas.
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Pero,
Carles Puigdemont, el presidente de la Generalitat, se dirigió al parlamento
catalán para ofrecer un discurso en el que, paradójicamente, declaró la
independencia regional para suspenderla unos segundos después.
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Exactamente
, 48 segundos después. Lo que duraron los aplausos efusivos de la mayoría
independentista en el parlamento. Los 48 segundos que desataron una fiesta
entre quienes se habían concentrado en el Paseo Lluís Companys de Barcelona
para seguir en directo y a través de una pantalla gigante el discurso del presidente
de la Generalitat. Los 48 segundos que terminaron en confusión y decepción,
frustración, insultos y abucheos de los independentistas, quiienes abandonaron
el lugar con las cabezas gachas pero aún envueltos en las banderas regionales. NOTICIAS 24
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