Cuando el ser humano impone sus intereses, quien sufre es la naturaleza; y en República Dominicana esto pasa con mayor frecuencia contra los manglares, que año tras años se ven más reducidos.
Hasta el 2016, el país contaba con 294 kilómetros cuadrados de manglares. Desde entonces, en lugar de sumar espacios, cada año se reduce su presencia. Para el 2021, según informes oficiales, su cobertura era de 269 kilómetros cuadrados. De modo que la pérdida de su extensión fue de 25 kilómetros en ese periodo de tiempo. Esto sin contar los últimos dos años (2022 - 2023), de los que no se tiene una medición oficial hasta la fecha.
Es bien sabido que los manglares son barreras naturales contra el cambio climático, protegen las costas de los altos oleajes y la erosión, así como también son refugio importante para la vida de múltiples especies marinas, terrestres y hasta aéreas. Con todos estos beneficios se pudiera decir que los manglares deberían permanecer protegidos y no deberían tocarse, pero pasa todo lo contrario y cada vez se ven más amenazados.
Destrucción y amenaza de manglares:
La tala y destrucción de manglares es la principal amenaza de estos árboles y ocurre por diferentes causas: la primera es porque su madera es muy resistente y valiosa para embarcaciones, por lo que se tiende a saquear terrenos extensos de manglares para este fin.
La segunda, y más preocupante, es su destrucción masiva para liberar áreas en las que se construirán proyectos de infraestructura. Lo más lamentable es que esto pasa incluso en territorios Ramsar que están protegidos por decreto ambiental, uno de estos casos es la destrucción de cientos de metros de manglares en el área protegida Laguna Saladilla, en Manzanillo, provincia Montecristi, para la construcción de un muro fronterizo.
Otro caso, que no es tan popular, es lo que pasará con la zona de manglares del parque Estero Balsa, también en la provincia de Montecristi, donde se verán afectados estos árboles con la mega construcción del proyecto energético, adjudicado a Manzanillo Energy, que funcionará con gas natural. Se prevé que el proyecto cause daños irreparables en la zona, como la tala de manglares y la contaminación de espacios por el uso de hidrocarburos; incluso la Academia de Ciencias ha advertido sobre este caso, pero sus reclamos no han sido escuchados.
“Se acaba de hacer una denuncia de que van hacer una especie como de astillero encima de una de las lagunas que están ahí, porque es a nivel del Mar, y todo eso se puede hacer, pero fuera, en la parte alta, y no quede en contactos con el mar, todas esas cosas, ojalá que se estén tomando las previsiones de lugar (...) no conocemos de la existencia de la licencia ambiental todavía, pero yo sé que eso viene caminando, porque es un proyecto que ya el gobierno le está dando toda la importancia del mundo”, indicó el presidente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, Eleuterio Martínez, quien admitió que la construcción de la planta “le da cierto miedo” por los daños que puede generar.
Por su parte, la Secretaría de Medio Ambiente del partido Opción Democrática, Stayci Toribio, también ha expresado preocupación por los manglares del país, en especial sobre esta provincia: “La protección de los humedales en la República Dominicana es fundamental para garantizar la sostenibilidad del desarrollo económico y la conservación de la biodiversidad del país ya que además juega un papel clave en la protección de las inundaciones ante fenómenos atmosféricos y la mitigación contra el cambio climático
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