SANTO DOMINGO.- "Yo le pido a mamá que
me perdone", expresó el cantante Fernando Villalona con la voz quebrada
tras afirmar que "ella no se fue muy contenta conmigo" cuando
falleció hace casi cuatro años, en octubre de 2017.
"El Mayimbe" habló de la relación
con sus padres, ya fallecidos, en un programa especial que el canal 4 de la
Corporación Estatal de Radio Televisión (CERTV) le dedicó el sábado con motivo
de cumplir 67 años de vida.
Villalona sostuvo que Arcadia Évora sufrió
por situaciones que él vivió en una etapa de su vida, pero que a ella le
tergiversaron la verdad.
"Mi mamá era la que más sufría, era un
sufrimiento total, todos los días, hasta que partió y no le pude dar a mamá eso
que tanto quise haber podido darle, pero había mucha gente en el medio que
hacían ideas diferentes de la realidad, pero mi corazón solamente lo conoce
Dios", manifestó.
En la entrevista con la periodista Wendy
Mora, el merenguero dominicano dijo que no hay familia perfecta y aunque él ama
la suya, evidenció un malestar en el que no profundizó.
"Yo amo a mi familia, pero sí que
tengan bien en cuenta que lo que Dios le dio a cada quien que lo aproveche y
que anden por el camino correcto para que le puedan sacar provecho. Te digo
todo esto porque es como un desahogo, aparte de desahogarme quizás esto sirva
para organizar algunas cosas que no están en sus lugares", expresó a las
cámaras del canal 4.
Con relación a una película pendiente sobre
su vida, descartó cualquier proyecto en ese sentido que cuenta con su
aprobación.
"Ya no me interesa, hay otras cosas
más importantes que vienen en camino, en su momento lo anunciaré", aseguró
el artista nativo de Loma de Cabrera, Dajabón.
Hace 50 años su vida dio un giro total al
encontrarse con la música, pero su niñez y adolescencia se desarrollaron como
cualquier muchacho pueblerino. Antes de convertirse en "Niño Mimado"
o "Mayimbe", en su pueblo lo conocían por otros apodos: Nando, Oreja,
"Bocaejarro" y Chimbo.
Previo a convertirse en cantante, en su
pueblo, Loma de Cabrera, estudiaba y jugaba voleibol, baloncesto, béisbol o
simplemente se iba al río a nadar.
"Cuando no tenía que achicar las vacas
nadaba un poco o si no iba a jugar béisbol, o volibol porque en el basquetbol
me rompieron par de veces los dedos", recordó.
Ya a los nueve años comenzó a cantar en el
parque central de Loma de Cabrera porque otra alternativa de entretenimiento
era el cine, pero durante muchas noches en el pueblo se iba la luz.
Cuando entró en su adolescencia dijo:
"Voy a buscar la forma de ser artista, y se me metió eso en la
cabeza".
Pocos años después, a los 16 años, ya
estaba participando en el famoso Festival de la Voz que en 1971 organizó el
músico Rafael Solano en Bellas Artes y transmitido por el canal 4.
En esa competencia quedó en quinto lugar,
pero una multitud protestó ante los resultados al grito de "fraude,
fraude".
Tiempos después vendrían sus años de
popularidad, en los que admite que vivió "una época media loca y con mucha
ignorancia".
Sobre ese particular comentó: "Si yo
hubiese tenido la sabiduría que tengo ahora quizás no hubiese cometido los
errores que cometí. Pero como Dios sabe lo que hace ahora entiendo que quizás
todas esas clases de cosas que me pasaron a mí me sirvieron para enderezar mi
carrera, mi camino y mi vida".
Según han pasado los años y él ha retomado
el control de su vida, con un estilo saludable, sin vicios, "lo más que me
he gozado son las bendiciones que a diario recibo en las calles cuando
salgo".
En ese transitar entre la fama, los
errores, los triunfos y fracasos, Villalona se convirtió en un "Niño
mimado" por el pueblo dominicano, que le dio todas las oportunidades que
quiso, estableciéndose contra viento y marea en un mayimbe de la música popular
dominicana.
Al principio lo del mote del Mayimbe no era
de su agrado: "No me gustaba el nombre de Mayimbe, lo sentía como un
indio, no me gustaba, pero un día, un 24 de diciembre, Johnny Ventura me invitó
a su casa a comer y yo estaba perdido en encontrar la casa, pero él salió al
frente y me dijo: Mayimbe, es aquí... A partir de ahí acepté la palabra
Mayimbe".
Para cuando ya no esté en la tierra quiere
que lo recuerden "como un elegido".
En su producción musical entre merengues,
baladas, boleros y bachatas, según su propio conteo, "tuve la suerte de
pegar 205 temas de 350 que he grabado, que no puedo dejar de cantar, pero no
hay tiempo en los shows para cantarlos todos".
Hay un merengue que no lo puede dejar en
sus presentaciones, "Música latina", que "es mío, ese lo parí
yo, que es música y letras de mi autoría".
Otros temas emblemáticos en su voz son
"Compañera", "Delirante amor", "Dominicano soy",
"Baila en la calle", "Cama y mesa", "Sé que te
perdí", "La hamaquita", "Mi pueblo", "Seré",
"Quijote", "Jardinera", "La tuerca", "Tabaco
y ron" y "Homenaje a Tatico Henríquez".
Entre sus grabaciones pendientes está un
disco especial dedicado a la niñez y otro recopilatorio de la música dominicana.
"Voy a recopilar los temas de mi país
para hacer un álbum especialmente de temas dominicanos", adelantó en la
entrevista con el canal 4.
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