Ginebra,
29 sep.- El número de casos sospechosos de cólera en Yemen pueden afectar a
900.000 personas a finales de año, según advirtió hoy el jefe del Comité
Internacional de la Cruz Roja en el país árabe, Alexandre Faite.
"El
año pasado las peores estimaciones decían que llegaríamos a 600.000 casos.
Ahora nuestras estimaciones es que vamos a llegar a 900.000 casos", afirmó
Faite en rueda de prensa.
Añadió
que si bien los cálculos hablan de 900.000 casos "a nadie se le escapa que
900.000 es cercano a un millón. Un millón de personas de una población de 25
millones, es catastrófico".
Alertó,
además, que la epidemia proseguirá durante 2018.
"La
buena noticia, si es que se puede llamar así", dijo, es que el crecimiento
exponencial de casos sospechosos ha disminuido y que también la tasa de
mortalidad ha caído.
Actualmente
se sitúa en menos de 0,3 %, cuando en el pico de la infección estuvo por encima
del 1 %.
Hasta
la fecha, el brote de cólera ha matado a 2.119 personas, según el recuento de
la Cruz Roja.
El
problema es que el sistema sanitario del país "ha colapsado", recordó
Faite, con muchos de los centros de salud inutilizados y con el personal médico
sin sueldo desde hace más de medio año.
Además,
el entorno predispone a la infección dado que en amplias zonas del país no hay
agua corriente, y en muchos lugares sólo existe siempre y cuando los
generadores funcionen, dado que el sistema eléctrico está totalmente destruido,
explicó el funcionario internacional.
Esta
situación provoca que no haya disponibilidad de la gran mayoría de medicamentos
esenciales ni de emergencia ni para las enfermedades crónicas.
La
Cruz Roja, la ONU y Médicos Sin Fronteras pueden y usan el aeropuerto
internacional de Saná para traer al país sus cargas humanitarias, pero este
"debería abrirse totalmente. Un país no puede funcionar solo con lo que
aportan las agencias humanitarias", concluyó Faite. EFE
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