La empresa Cardiio,
impulsada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge,
Estados Unidos, ha desarrollado una aplicación para móviles que utiliza la
cámara de un smartphone para detectar señales faciales de arritmia cardiaca. Lo
hace midiendo y analizando cambios minúsculos en la luz reflejada sobre la piel
como resultado del pulso subyacente.
Cardiio es una empresa que se
halla detrás de la popular aplicación de control del estado físico del mismo
nombre, lanzada en 2012, la cual calcula el ritmo cardiaco con arreglo a la
reflexión de la luz facial. Funciona porque cada latido incrementa el volumen
de sangre en los vasos sanguíneos del usuario. La hemoglobina de la sangre
absorbe luz, lo cual disminuye aquella reflejada por la piel. La aplicación
Cardiio hace un seguimiento de esos cambios diminutos en la luz reflejada, no
visibles para el ojo humano, a fin de calcular de forma precisa el ritmo
cardiaco.
Sin embargo, recientemente la
empresa ha empezado a usar los datos de reflexión de luz para crear una nueva
aplicación que puede detectar los patrones de ritmo cardiaco irregulares de la
fibrilación auricular, un tipo común de arritmia cardiaca que puede desembocar
en problemas muy graves de salud.
Cardiio ha desarrollado una
aplicación para móviles que emplea la cámara del smartphone para detectar
signos faciales que delatan arritmias cardiacas. (Foto: Cardiio)
Llamada Cardiio Rhythm, la
aplicación clínica está siendo usada por ahora solo para investigación, y ha
sido validada por varios artículos académicos. En un futuro próximo, Cardiio
espera ponerla a disposición de los consumidores para inspecciones tempranas en
busca de una posible arritmia cardiaca.
Mucha gente en el mundo sufre de
fibrilación auricular. Solo en Estados Unidos, esta cifra es, según el Centro
para el Control y la Prevención de Enfermedades, de entre 2,7 y 6 millones de
personas. La fibrilación auricular sucede cuando el latido en las cámaras
superiores del corazón es irregular, de manera que la sangre no fluye bien
hacia las cámaras inferiores. Esto puede causar coágulos sanguíneos, que pueden
viajar hasta el cerebro y causar un derrame cerebral.
Por Noticiasdelaciencia.com
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