Expertos internacionales en nutrición
debatieron y compartieron experiencias sobre los distintos modelos de perfiles
nutricionales y sistemas de etiquetado frontal
implementados en diversos países.
·
América Latina comenzó después que otras
regiones del mundo a establecer etiquetados frontales, y es donde se avanza de
manera más rápida.
Noviembre
2017.- La necesidad de lograr un sistema de etiquetado frontal de alimentos
envasados que brinde información clara y sencilla, la educación al consumidor
sobre el contenido nutricional de los alimentos que consume y los perfiles de
nutrientes usados como parámetros para el etiquetado frontal y su impacto sobre
la salud pública, fueron ejes de debate en el 21° Congreso Internacional de
Nutrición, en el que expertos se reunieron en el mes de octubre para tratar
estos temas de interés.
Sobre
la mesa de discusión se expusieron diferentes experiencias a nivel mundial: la
del Reino Unido, con un sistema de aplicación voluntaria de etiquetado estilo
semáforo; las de Australia y Nueva Zelanda que también aplican en forma
voluntaria un sistema de gradación con estrellas; la de los países Nórdicos con
su ojo de cerradura; y la de Chile, basada en un sello de advertencia negro
octogonal implementado de forma obligatoria en junio de 2016.
El
Dr. Michael Rayner, profesor de la Universidad de Oxford y quien estuvo a cargo
del desarrollo del perfil nutricional FSA (Agencia de Estándares Alimentarios,
por sus siglas en inglés), basado en el “Semáforo Nutricional” utilizado en el
Reino Unido desde 2006, aseguró que esta modalidad de etiquetado exitoso se
enmarca en el “sistema europeo” y ya está presente en el 60% de los alimentos
envasados.
El
sistema califica a los alimentos con los colores del semáforo -verde, amarillo
y rojo-, según las cantidades de sodio, de azúcar y de grasas saturadas que
contengan. Para Rayner, este método de etiquetado simple y claro produce más
cambios positivos en los hábitos de consumo que los sistemas con advertencias,
como el que se usa en Chile. Este sistema informativo, explicó, permite que
cada consumidor tome decisiones personales de acuerdo a sus necesidades. Los
hipertensos, por ejemplo, pueden elegir los productos “verdes” en sodio y las
personas que viven con diabetes, aquellos “verdes” en azúcar.
En
una investigación de 2009 sobre el nivel de comprensión y uso de este
etiquetado por parte del consumidor*, una de las principales conclusiones fue
que, en general, las etiquetas frontales más efectivas son aquellas que combinan
texto (alto, medio, bajo), colores del semáforo e información de porcentaje del
contenido de nutrientes en base a la ingesta diaria recomendada, tal como lo
hace el etiquetado en Reino Unido.
Durante
el simposio “Perfiles nutricionales: bases científicas, usos e impacto en la
salud pública”, Esteban Carmuega, Director Científico del Centro de Estudios
sobre Nutrición Infantil (CESNI), informó que en el mundo hay unos 95 modelos
diferentes de perfiles de nutrientes y que si bien en América Latina recién se
empezaron a implementar en 2015, ésta es la región donde más rápido se está
avanzando. “Demasiado rápido”, reconoció. Y señaló que ya hay 14; siete de
ellos obligatorios: cuatro con etiquetado frontal (México, Chile, Ecuador y
Bolivia) y tres que establecen los parámetros de promoción de alimentos
saludables en las escuelas (Argentina, Uruguay y Costa Rica).
Marcela
Reyes, profesora del Instituto Nacional de Nutrición y Tecnología Alimentaria
dependiente de la Universidad Nacional de Chile, contó la experiencia de ese
país en el desarrollo y la implementación del etiquetado frontal, que se basa
en sellos octogonales negros que indican al consumidor cuando el producto tiene
alto contenido en sodio, azúcar o grasas saturadas y de calorías. El proceso
comenzó en 2012, pero recién entró en funcionamiento el año pasado. Reyes
explicó que se tuvieron en cuenta regulaciones en otras industrias.
Si
bien las experiencias son diferentes, los profesionales coincidieron en lo
importante que sería armonizar los perfiles nutricionales y los sistemas de
etiquetado frontal a nivel mundial o, al menos, regional. Pero admitieron que
no es una tarea fácil por las diferentes legislaciones que existen en los
países. Con todo, más allá de las diferencias, el objetivo de todos es el
mismo. Barry Popkin, doctor de la Universidad de Carolina del Norte, lo explicó
con claridad: “Las reglas son importantes, pero todos tenemos que seguir
avanzando en iniciativas que hagan que nuestras poblaciones sean cada vez más
saludables”.
La
respuesta parece estar en las decisiones tomadas por el Comité del Codex sobre
Etiquetado de los Alimentos que se reunió en Asunción del Paraguay, la misma
semana en la que se celebró el 21° Congreso Internacional de Nutrición y
recomendó la adopción de normas internacionales sobre etiquetado. En palabras
del presidente de la Comisión del Codex Alimentarius, Guilherme da Costa: “El
etiquetado de los alimentos es el principal medio entre los productores de
alimentos y los consumidores para garantizar la seguridad y la transparencia”.
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