Muchas
mujeres están conscientes de los cuidados que se deben tener luego de mantener
relaciones sexuales.
Sin
embargo, es importante preguntarse: ¿por qué son tan fundamentales? ¿cómo
impactan estos hábitos en la salud femenina?
En
efecto, la doctora Sara Twogood, profesora asistente de obstetricia y
ginecología en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de
California, Estados Unidos, explicó las cuatro razones para tomar medidas
preventivas inmediatamente después del acto sexual:
Orinar
es fundamental
Incluso
aunque no existan ganas reales de orinar, es clave intentar hacerlo de todos
modos porque el flujo de orina ayuda a eliminar las bacterias de la uretra. Las
infecciones urinarias ocurren por ejemplo cuando las bacterias que normalmente
viven en la vagina o el colon se empujan inadvertidamente en la uretra durante
la actividad sexual.
Orinar
después del sexo es especialmente importante para una persona propensa a las
infecciones urinarias. Pero aún en el caso de personas que no tienen problemas
con este tipo de infección, también es necesario hacer pis después de una
relación sexual. Disminuir las probabilidades de síntomas dolorosos y de la
presencia de sangre en la orina bien valdrá la parada en el baño.
Tener
una toalla a mano
Se
supone que el sexo es una actividad húmeda y desprolija: el semen, el sudor, el
lubricante en algunos casos y los fluidos vaginales pueden dejar la zona íntima
de la mujer completamente húmeda. Es por eso que es una buena idea agarrar una
toalla o un poco de papel higiénico y limpiar ese exceso de humedad. Según
explicó la doctora Twogood, las bacterias y la levadura prosperan en
condiciones húmedas, y no secarse puede aumentar sus probabilidades de
desarrollar una infección como la candidiasis.
“La
humedad es algo que queremos evitar, especialmente para las mujeres que son
propensas a las infecciones por hongos”, indicó Twogood. Según la especialista,
no es necesario limpiar en profundidad o pasarse una toalla vigorosamente,
solamente secando el exceso está bien. Para una higiene más intensa, se puede
lavar con agua corriente y jabón sin perfume, y luego secar completamente.
Por
otro lado, especialistas recomiendan no usar jabones perfumados o enjabonar
demasiado. “La vagina, con sus secreciones naturales y su ambiente ácido”, dijo
Twogood, “se limpiará a sí misma. No es necesario hacer nada después del sexo
para ‘limpiarlo’”.
Evitar
la ropa interior
Para
quienes prefieren quedarse en la cama durmiendo y no quieren dormir desnudos,
pueden ponerse un pijama suelto con una tela que respire, pero nunca la ropa
interior. Se recomienda evitar la ropa interior que se estaba utilizando
previamente, al menos hasta el otro día, para evitar una infección. “No se
ponga ropa interior”, advirtió Twogood. Permanecer desnudo un rato ayuda a
ventilar la zona y dejarla respirar, lo que disminuye el riesgo de una
infección por levaduras o una fuerte picazón.
Atención
a los cambios
No
es necesario examinar en profundidad la zona y hacerse estudios después de cada
encuentro sexual, pero conocer y prestar atención al cuerpo para poder
evidenciar cambios puede hacer la diferencia en prevención de enfermedades,
infecciones y molestias. Cada incomodidad, picazón, dolor o sangrado después
del sexo puede ser una forma que tiene el cuerpo de avisar que algo sucede.
Dependiendo
de cuánto tiempo dure el síntoma o si hay otros indicios que sugieren que algo
puede estar pasando en el aparato reproductor, lo mejor es hacer urgente una
consulta con un ginecólogo para poder ver, en el momento que está sucediendo,
por qué el cuerpo reaccionó de esa forma.
Fuente Inforbe
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