fachada del interior de la iglesia |
La primera iglesia dedicada en
Estados Unidos y posiblemente en el mundo al consumo de cannabis con propósitos
espirituales abrirá mañana sus puertas en Colorado, el primer estado del país
donde se permitió consumir marihuana con fines recreativos.
Imagen de los murales del
artista Okuda San Miguel en la primera iglesia dedicada en los Estados Unidos y
posiblemente en el mundo al consumo de cannabis con propósitos espirituales,
que abrirá mañana sus puertas en Denver, Colorado, el primer estado del país
donde se permitió consumir marihuana con fines recreativos. EFE
Sin un libro sagrado ni
jerarquías eclesiásticas, la Iglesia Internacional del Cannabis (ICC) es un
foco para “personas de todo el mundo que quieren ser parte de una organización
que acepta el uso de cannabis en el viaje personal de búsqueda de significado”,
explicó a Efe Lee Molloy, uno de sus tres fundadores.
La apertura oficial de la
nueva iglesia se realizará el jueves 20 de abril, una fecha popularmente
asociada con el consumo de marihuana y elegida, dijo Molloy, porque “es fácil
de recordar”.
Este particular templo está
alojado en un edificio de principios del siglo XX donde alguna vez estuvo una
iglesia luterana, al sur de la ciudad de Denver, y para pertenecer a la
congregación hay que hacer una donación que sirve como pago de una membresía.
Es “un lugar de reunión para
quienes necesitan apoyo para su viaje espiritual” y donde no se juzga a nadie,
dijo Molloy.
Los miembros de la nueva
iglesia se denominan a si mismos “elevacionistas”, porque el consumo ritual de
cannabis “eleva nuestras mentes hasta alcanzar la mejor versión de nosotros
mismos”.
Uno de los principios
fundamentales de los “elevacionistas” es considerar la flor del cannabis como
un “regalo de la Fuerza Creadora Universal”, puntualizó Molloy.
Otra creencia que deben
aceptar los “elevacionistas” es que el voluntariado es mejor que la oración
para lograr que el mundo llegue a ser un lugar mejor.
“Todos son bienvenidos y todos
pueden seguir su propio camino siempre y cuando recuerden vivir según la Regla
de Oro”, agregó Molly en referencia a la enseñanza cristiana de amar al
prójimo.
Mañana las puertas del templo
estarán abiertas para todos quienes quieran participar en la inauguración, pero
a los servicios religiosos que se celebren a partir de entonces solo podrán
asistir los miembros de la congregación.
Para obtener una membresía
basta realizar una donación en línea a favor de la remodelación y restauración
del edificio donde ahora opera la iglesia, que necesita reparaciones por una
cantidad cifrada hasta ahora en 100.000 dólares.
La restauración incluye
pinturas en las paredes y en el techo de la capilla realizados por el
graffitero español Okuda San Miguel, renombrado por sus trabajos de
remodelación de iglesias.
Por medio de triángulos de
distintos y vivos colores que forman a la vez un arco iris y rostros de
animales, propio de su estilo, “(San Miguel) ha creado un espacio de
inspiración y elevación para que la congregación participe de los sacramentos o
simplemente medite en silencio”, comentó Molloy.
ICC ya ha recaudado casi la
tercera parte de ese monto gracias a las contribuciones de poco más de 90
nuevos miembros y se espera haber conseguido la cantidad total dentro del
primer mes de operaciones de la nueva iglesia, según Molloy.
Además de completar la
restauración de la capilla, la otra prioridad será que el edificio sea
accesible para personas con discapacidades, especialmente veteranos y pacientes
de marihuana medicinal.
Como parte de las
celebraciones, la nueva iglesia ofrecerá, además de entretenimiento apropiado,
“seminarios educativos de elevación” con temas relevantes a la intersección de
cannabis y espiritualidad.
Uno de esos seminarios se
enfocará en el “derecho constitucional a practicar la religión”, incluido en la
Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
La iniciativa de crear una
iglesia dedicada al cannabis ha generado todo tipo de respuestas y reacciones,
desde quienes lo consideran una parodia o falta de respeto de la religión
tradicional, hasta quienes afirman que las actividades de ICC tendrán un impacto
negativo en un vecindario que ha cambiado relativamente poco durante el último
medio siglo.
Además, el Departamento de
Impuestos Locales y Licencias de Denver ya anunció que en las próximas semanas
investigará si ICC es realmente un grupo religioso o un club social “recubierto
con un manto religioso” para facilitar el consumo público de marihuana.
El concejal John Clark, que
representa el distrito de Denver donde está la nueva iglesia, indicó a los
medios locales que se asegurará que ICC “seguirá las reglas” para que el
vecindario se mantenga “seguro y vibrante”.
Un conflicto de interés podría
surgir porque uno de sus fundadores de ICC, el comediante y empresario Steve
Berke, es a la vez el gerente general de una empresa local dedicada a la venta
de marihuana.
Para Molloy, la controversia
no debería existir ya que, según él, “el cannabis es un sacramento, el
Sacramento de la Flor Sagrada” ya que, consumido ritualmente, “acelera y
profundiza el autodescubrimiento y la conexión con la fuerza creativa universal”.
EFE
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